Versos delirantes III
Arráncame el latiente
que me está matanto,
me conjura a saltar al vacío,
andando a ciegas contra el viento
y su voz enloqueciendo,
gritando en todas las paredes.
Arráncame el infierno de cada poro,
la humedad implacable,
el ansia de la sangre hirviendo,
su ausencia desgarrando desde las
entrañas
hasta los implorantes dedos.
Arráncame del abismo de su pupila,
acechándome para darme caza,
desnudándome el último secreto,
acariciando impío el tejido de mi alma.
Arráncame del pensamiento su presencia,
aleja este temblor que derrumba mis
cimientos,
y que no pueda sentirle
nunca más...
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