Pedazos...

Hay un armario con más espacio. Y un camino con más huellas... Somos pedazos que se buscan para encontrarse al final de una historia.
A veces se recuerdan más los espacios vacíos. Lo ausente ocupa un lugar en medio de las cosas.
Allá quedó el espejo de Alicia entre la lluvia y los lirios, en cajas desperdigadas a lo largo de una vida. Siempre hay cajas. Siempre hay buhardillas llenas de objetos que pertenecieron a alguien. Y de los amigos que se fueron... Te duelen los adioses sin los besos. Te duelen las nostalgias, porque lo ausente ocupa un lugar en medio de las cosas y tenemos un armario con más espacio, pero hay canciones que se escaparon antes de aprenderlas. Todo parece lejano a cada paso, sobre todo cuando miras adelante. Dos pasos, tres pasos, cinco pasos... Y las huellas van quedando atrás en la sombra. Llevas a la niña que fuiste de la mano para que no se pierda. Andas hacia la anciana que te aguarda tras la Luna.

Somos pedazos... Pedazos que visitamos personas. Que bebemos de otros para no morir de sed. Somos pedazos solitarios que aprendemos y amamos, perdemos y ganamos. Aunque a veces, quisiera ser como el hombre de hojalata.