Réquiem como ala de cuervo
Resuena el silencio
de dorados chelos,
en esta noche salvaje donde todo acaba o empieza
o continúa incesante y vana
la existencia de terciopelo.
Éste es sólo un tapiz en el tiempo,
las horas teje la araña,
sueñan los niños primero
y baja la anciana quebrada
contando historias sin dueño.
La doncella canta en su ventana triste,
la niebla acaricia de azul la medianoche
y las huellas se alejan pesadas
hacia demasiado amor y horizonte
al que una mañana huiste.
Truena el destino en sus letras,
besa la alcoba y encaje
de melodía apagada,
en las manos de sangre
cuando la muerte es su amante.
Y en esta noche manchada
sabía afilada la ausencia,
la jaula doliente rompió
y cesó la canción alada
buscando piedras en flor.
Ésta es tan solo la historia
que me contaron los chelos,
no es verdad ni memoria,
sino hilos de oro
en sus melancólicos vuelos.
de dorados chelos,
en esta noche salvaje donde todo acaba o empieza
o continúa incesante y vana
la existencia de terciopelo.
Éste es sólo un tapiz en el tiempo,
las horas teje la araña,
sueñan los niños primero
y baja la anciana quebrada
contando historias sin dueño.
La doncella canta en su ventana triste,
la niebla acaricia de azul la medianoche
y las huellas se alejan pesadas
hacia demasiado amor y horizonte
al que una mañana huiste.
Truena el destino en sus letras,
besa la alcoba y encaje
de melodía apagada,
en las manos de sangre
cuando la muerte es su amante.
Y en esta noche manchada
sabía afilada la ausencia,
la jaula doliente rompió
y cesó la canción alada
buscando piedras en flor.
Ésta es tan solo la historia
que me contaron los chelos,
no es verdad ni memoria,
sino hilos de oro
en sus melancólicos vuelos.
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