Una mañana como cualquier otra
Comía mis cereales como cada mañana. Miraba la cuchara bajar para luego subir, cargada y directa hacia la boca de quien la observaba. En un momento dado, en medio del compás que me hizo divagar, me vi transformada en animal devorando aquellos mismos cereales como si no hubiese un mañana...
Me dije a mí misma que si fuera una bestia salvaje podría sobrevivir al tiempo en el que me dejen sin casa, sin alimento, sin futuro. Pero soy una triste humana que se come sus cereales cada mañana, sus piezas de fruta al día recomendadas y que disfruta de una ducha caliente.
Es terrible.
Qué vulnerable me siento ahora cuando el destino de todos se encuentra en manos de idiotas sin empatía alguna, sin escrúpulos ni conciencia.
¿Es ésta la que llaman evolución? De ser libres y autosuficientes nos convertimos en esclavos de imbéciles...
Si me permiten una expresión desde el alma, ¡es una mierda!
Odio esto y no lo entiendo.
Y como no lo entiendo, lo odio más.
Y el odio sigue creciendo...
cada mañana.
Me dije a mí misma que si fuera una bestia salvaje podría sobrevivir al tiempo en el que me dejen sin casa, sin alimento, sin futuro. Pero soy una triste humana que se come sus cereales cada mañana, sus piezas de fruta al día recomendadas y que disfruta de una ducha caliente.
Es terrible.
Qué vulnerable me siento ahora cuando el destino de todos se encuentra en manos de idiotas sin empatía alguna, sin escrúpulos ni conciencia.
¿Es ésta la que llaman evolución? De ser libres y autosuficientes nos convertimos en esclavos de imbéciles...
Si me permiten una expresión desde el alma, ¡es una mierda!
Odio esto y no lo entiendo.
Y como no lo entiendo, lo odio más.
Y el odio sigue creciendo...
cada mañana.
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