Un cuento para Calypso

Adónde vas, ave de paso,
que te llevas mis preguntas sin respuesta;
quise ser tu noche y tus estrellas
al margen de este mundo y sus delirios,
pero tan sólo fui una pausa en el camino.

Menos silencio,
invoqué a los dioses
y trajo la marea tu naufragio.
Vestí de verdades y azaleas mis jardines.
Te ofrecí las fuentes de mis labios.

Las sirenas tejieron nuestro manto
y fue tu canto el que sedujo al hada.
como regalo de un destino perdido,
como hechizo alado
que dejaba un bosque.

Quise ser la muerte buscada,
un instante eterno como un sueño,
y tan desnuda de lunas danzando y odiseas,
me quedé en la puerta,
despidiendo el barco.

Adónde van los hombres que no se quedan,
suspira Calypso en el adiós.
Guarda ninfa tus verdades y azaleas
que entran y salen como el sol,
tarareaba la noche en su canción.

Adónde vas, ave de paso,
que te llevas mis preguntas sin respuesta.





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